martes, 8 de abril de 2014

PREGUNTAS Y RESPUESTAS.

Lo que mas me gusta de mi esposa son sus pies. Me es indispensable incluirlos cuando hacemos el amor... A ella le gusta y a mi también. Le comenté a un amigo y me llamo fetichista y que fuera para el psicólogo.
¿Algún problema con eso? nos pregunta José Antonio.
En realidad lo que José Antonio refiere no se puede catalogar como un trastorno o perversión sexual que rebase la normalidad.
De alguna manera todos los seres humanos nos manejamos con algún grado de fetichismo si tomamos en cuenta que nos agrada o nos atrae alguna parte del cuerpo de nuestra pareja. Sean los pies, el pompi, la piel, el cabello, los genitales, la cara o cualquier parte del cuerpo.

 EL FETICHISMO
El Fetiche es un objeto de culto al que se atribuye poderes, especialmente entre los pueblos primitivos. El fetichismo se define como el culto a los fetiches. En Psicología, representa una desviación sexual que consiste en fijar la excitación y el deseo sexual en algún objeto al que se le otorga sexualidad.
De acuerdo al Manual de Diagnóstico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) el fetichismo es una parafília, un trastorno sexual y de la identidad sexual. Se define como "fantasías sexuales recurrentes y altamente excitantes, impulsos sexuales o comportamientos ligados al uso de objetos no animados durante un período no inferior a los seis meses. Estas fantasías e impulsos sexuales provocan un malestar clínicamente significativo y un deterioro social, laboral o de otras áreas de la actividad del individuo".
Desde un punto de vista sexológico toda pareja puede hacer el amor como así lo consideren conveniente ambos, siempre que sea por mutuo consentimiento y sin hacerse daño ninguno de los dos ni a terceros. Incluso, la pareja puede hacer uso de juguetes sexuales, como vibradores u otras curiosidades que venden en las sexitiendas siempre que les guste y no produzcan ni representen ningún deterioro a ninguna persona.
Cuando el amor al objeto trasciende el campo de la normalidad es cuando se requiere ayuda profesional. Por ejemplo, si una mujer llega a depender de un dildo o vibrador y prefiere "tener sexo" con este objeto que hacerlo con su pareja estamos en presencia de una desviación sexual. Igual fuera el caso si Juan limitara su actividad sexual a masturbarse viendo fotos de pies de mujeres. También si se produjera el desinterés hacia la persona amada, convirtiéndola únicamente en portador de un fetiche. Lo cual no es el caso de Juan. Entre tanto, disfruten su sexualidad sin perjudicarse, ni dañar a nadie.

"Toda pareja puede hacer el amor como así lo consideren conveniente ambos, siempre que sea por mutuo consentimiento y sin hacerse daño ninguno de los dos ni a terceros".

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